Hace mucho tiempo, alrededor de cinco años, encontré un libro que me llamó la atención por su pequeño tamaño, se llamaba, y se sigue llamando:
"El pequeño libro de las reglas". Coincidió con la primera vez que mi madre estuvo ingresada en un hospital a causa de un infarto y lo llevé en el bolso para leerlo los días que me quedaba con ella por las noches.
De entre todos los textos que recoge el libro, me gusta especialmente el que os voy a dejar aquí. Desde esos días, no he podido salir a la calle sin llevar un libro dentro del bolso, a veces dos; y en cuanto tengo un rato, ya sea en el autobús, esperando en cualquier parte, saco el libro que lleve en cada momento y disfruto de unos minutos, olvidándome de todo lo que me rodea.
Espero que vosotros disfrutéis de este texto tanto como lo hice yo.
-Después de un tiempo descubres la diferencia entre coger una mano y encadenar un corazón.
- Y aprendes que el amor no quiere decir depender de la otra persona y que la compañía no quiere decir seguridad.
-Y empiezas a descubrir que los besos no son contratos, y que los regalos no son promesas.
- Y empiezas a aceptar el rechazo con la cabeza alta y con los ojos secos, con la gracia de los adultos, y no con el dolor de un niño.
- Y aprendes a construir tu vida sobre el ahora, porque el mañana es demasiado incierto.
- Después de un tiempo descubres que incluso la luz del sol quema si te expones demasiado.
- Planta tu propio jardín y decora tu alma en vez de esperar que alguien te regale flores.
- Después de un tiempo descubres que tu valor es... infinito
